Si has dado el paso hacia los empapadores lavables, ¡enhorabuena! Has elegido una opción más sostenible y económica para tu familia. Pero para que esta inversión valga la pena, es fundamental saber cómo cuidarlos. Una limpieza adecuada no solo garantiza la higiene, sino que también prolonga su vida útil por años.
Aquí te dejamos una guía sencilla y eficaz para el lavado y mantenimiento de tus empapadores lavables.
1. Preparación y almacenamiento.
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Después de cada uso: Si el empapador está húmedo por la orina, simplemente sacúdelo y déjalo secar un poco al aire para que no se concentre la humedad antes de guardarlo.
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Almacenamiento: Lo mejor es guardar los empapadores sucios en un cubo o en una bolsa de tela transpirable. Esto permite que el aire circule, lo que ayuda a evitar la formación de malos olores. Te recomendamos no dejar más de dos o tres días sin lavar.
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Evita el remojo: Aunque puede parecer una buena idea, dejar los empapadores en remojo durante mucho tiempo puede dañar las fibras y el material impermeable, acortando su vida útil.
2. El lavado.
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Frecuencia: Lo ideal es lavar los empapadores cada 2-3 días. No los dejes acumular por mucho tiempo para evitar olores y manchas difíciles.
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Detergente: Utiliza tu detergente habitual, pero evita los suavizantes, la lejía y los blanqueadores. Estos productos pueden obstruir los poros de las telas, reduciendo su capacidad de absorción y dañando el material.
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Carga de la lavadora: No laves los empapadores solos. Es recomendable que laves también otros artículos de tu colada, como toallas o ropa de cama, para que la lavadora funcione de manera más eficiente y los empapadores se froten entre sí, limpiándose mejor.
3. El secado.
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Secado al aire libre: La mejor forma de secar los empapadores es al aire libre. El sol es un blanqueador natural y ayuda a eliminar las manchas. Si el sol es muy intenso, sécalos a la sombra para proteger los colores y el tejido.
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Secadora (a baja temperatura): Si usas secadora, hazlo a baja temperatura para no dañar las capas impermeables. Sin embargo, el secado al aire es siempre la opción más recomendable para prolongar su vida útil.
¿Problemas con los olores?
Si notas que tus empapadores lavables huelen mal después de lavarlos, es probable que haya una acumulación de detergente o minerales en las fibras. Para solucionarlo, puedes hacer un lavado de mantenimiento:
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Lava los empapadores en un ciclo largo y con agua fría o 30°C.
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No añadas detergente ni ningún otro producto.
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Repite el proceso si es necesario.
Siguiendo estos sencillos pasos, tus empapadores lavables se mantendrán en perfectas condiciones y seguirán siendo tu mejor aliado durante mucho tiempo. Si tienes más preguntas, ¡no dudes en consultarnos!
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